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sábado, 22 de mayo de 2010

La belleza, memoria de la resurrección.

Pavel Florenskij

Tomando el título de esta entrada, prestado de la tesis que recién he adquirido de Francisco José López Sáez, sobre el teólogo ruso: Pavel Florenskij, comienzo una breve crónica sobre la presentación del N.22 de la Revista Númenor.

¡FUE GENIAL!

El conferenciante, ya mencionado al principio, dio una clase magistral sobre el desconocido Da Vinci ruso. Habló de su vida, como fuente de su pensamiento filosófico; hablo del icono, de su concepción de la palabra... recubriendo una hora de cultura de belleza. Tras el acto, se siguieron algunas preguntas y posteriormente nos salimos a la C/ San Fernando, donde todos los asistentes se tomaron algún refrigerio para reponer fuerzas del calor prematuro de primavera. 

En la terraza donde nos sentamos estuvieron Fidel Villegas, Rocío Arana, Cerero, Paco Gallardo... y entre todos estuvimos hablando de los misterios que quedaron en el tintero, tales como la cultura de la muerte (no es clave política sino filosófica); la tesis de Rocío sobre Calderón de la Barca, además de un recital que participó entre feministas... Una velada que para mí se acabó a las 22'30, cuando los autobuses comenzaron mostrar su impaciencia.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Metafísica. Libro IV. A la luz de los clásicos.



He de reconocer que por mucho que me apasione la filosofía, "Metafísica" de Aristóteles es un libro que al empezar parece tener una naturaleza plomiza y oscura. He recorrido su primer centenar con un sentimiento de obligación que no poseía sentido alguno. A pesar de todo, y seguro que no son avatares del destino ni del azar, llegué a su libro IV. Es aquí donde la fascinación hacia lo evidente abrió mi alma hacia este filósofo universalmente conocido. 

Recorrer la evidencia del principio de no contradicción, por el cual nada puede ser y no-ser al mismo tiempo, el principio de tercero excluso, que muestra con garbo la lógica aristotélica... todo esto, en un conglomerado de sensaciones extrañas ante el saber, han fascinado al asombro. Y es que este pensador planteaba en su tiempo interrogantes aparentemente absurdos para nuestro tiempo, pero que resultan, al leerlos del modo en que los plantea, unos pensamientos que pueden resultar especialmente escondidos. No pretendo aquí hacer un comentario filosófico, ni exponer mi opinión metodológica al respecto, sobre todo porque carezco de esa capacidad, al menos con el rigor que se requiere. La idea no es Aristóteles, sino más profunda si cabe.

Los clásicos, tanto en materia de ensayística como en literatura, poseen una fuerza vital extraordinaria. Su problema es la dificultad de leerlos y comprender su vocabulario, o incluso, los temas que adornan el corazón de luz que entraña... sin embargo, el poder de estos dan vida y purifican nuestra mente. Leer a Platón, a Aristóteles, a Sófocles, a Cicerón, a Séneca, a S.Agustín, a los Evangelistas, a Santo Tomás, a Dante, a Garcilaso, a San Juan de la Cruz, a Manrique, a Quevedo, a Lope de Vega, a Góngora, a Cervantes... pertenece a un nivel elevado, pero, si a pesar de todo conseguimos liberar nuestras mentes de la comodidad, encontraremos algo verdaderamente humano en las páginas de un libro. 

Un buen libro humaniza, un clásico te descubre lo que es la humanidad; que es ser humano como sustancia primera y segunda, individualmente y en colectivamente. Leer, es una actividad, que a la luz de las grandes obras de género universal, permiten vislumbrar aquellas cuestiones, preocupaciones, tendencias, defectos sobre la vida humana. Constituyen un tesoro de  alcance verdaderamente metafísico, aún sin hablar específicamente de ello en su totalidad. Revelan aquellos principios humanos que se reflejan en el universo, y es que no debemos olvidar aquella frase: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza"

sábado, 15 de mayo de 2010

IX Encuentro poético de otoño (II)


Ayer tuvo lugar la presentación del vigesimotercer número de la Revista Númenor. Esta publicación sigue la linea de los números anteriores, con una primera parte en el que se publican poemas de poetas jóvenes y poetas consagrados. Tras esto se sitúan algunas novedades, como la introducción de dos epistolarios: uno entre el gaditano Javier Navascués y Marco Denevi; el segundo entre José Antonio Peñalosa y Ángel Cadelo. También habría que destacar los relatos-prosas-poéticas, algo extraño pero verdaderamente bello en su clave literaria, escritas por Javier Navascués.

La mesa estuvo presidida por Fundación Cultural Andaluza, Fundación Madarriaga y la Revista Númenor. Representando a la revista estaba el poeta Pablo Moreno Prieto. Pablo hizo una presentación muy acertada sobre la revista, dando agradecimientos a los promotores de los IX Encuentros Poéticos de Otoño, presentando a sus autores, dando un breve comentario sobre el espíritu de la revista y con tono de humor que hicieron reír a los espectadores. Tras esto dio paso a los poetas (Alberto Carpio, Francisco Gallardo, Juan José Fernández Cerero, Joaquín Moreno, Pablo Moreno y José María Jurado), que nos regalaron cinco minutos cada uno de sus versos y textos de la revista o ineditos todavía.

En este acto de poesía estuvieron presentes los poetas Rocío Arana, Enrique Martín Díez... Todos ellos, tras el encuentro fueron a tomar unas cervezas en la Avenida de San Fernando. Fue una velada poética en la que se hablo de poesía, cristianismo (Entre Alberto y Rocío) y no sé cuantas cosas más que hicieron de esa tarde-noche algo verdaderamente literario.


jueves, 13 de mayo de 2010

Poética filosófica. Primeros Poemas de Fernando Arenas.

 (Omitan los dos primeros párrafos si les parecen pesados. Comentario obligatorio por parte vuestra) 


 Ciertamente, la poesía no es un borbotón que en el acto se convierta en gema esculpida. La poesía es potencia, es un proyecto humano de salvación, es la palabra, hecha belleza y recurso literario, con objeto de unificar el espíritu del hombre, con el mundo que le rodea. Trasladar el ideal abstracto, hacia el mundo concreto. En una postura Florenskiana, la poesía es una forma del idealismo concreto, de la mística de lo cotidiano, es en verdad un  nexo entre lo trascendente  y lo humano, un nexo labrado por el hombre, pero que es don de misteriosos designios.


Rechazo las ideas de Pavel Florenkij respecto al número, por lo menos en su concepción como forma y símbolo, porque es en su concepto de abstracción donde precisamente toma el número significado, no como una procedencia etérea. La poesía si que sin embargo cumple esa labor de forma y símbolo, pues en la lírica, el sentido no está en la dimensión técnica, o en la laboriosidad de las imágenes, sino que es transmisión arbitraria, (signo lingüístico),  de la realidad profunda, pero que consigue misteriosamente ascender hacia la dimensión icónica, es decir, hacia la correspondencia de la realidad ideal y la concreta.


Tras haber enunciado mi aburrida poética que rezuma a metafísica, pasemos a lo concreto, o lo real, a lo comprensible por toda mente con un mínimo de sensibilidad. Todo poeta tiene un comienzo. Y todo poeta tiene un proceso. Esta evidencia enmarcada en la reflexión anterior es más que evidente, y además, no necesita de las florituras que, a pesar de todo he mantenido, con mi afán teorético. En cierto modo la poesía es inexplicable y sus origenes en una persona, causan estragos en el corazón, lo digo por experiencia. Este sentimiento, que pasa inadvertido, pero que quema en holocausto la frivolidad, (a no ser que conviertas a esta en un amasijo de versos), lo está comenzando a  sentir mi buen amigo Fernando Arenas.


Consciente de que tiene que mejorar, me propuso ponerlo en mi blog, junto a un comentario, que se ha tornado reflexión. Y en cierto modo lo he querido así. Tengo alma de poetólogo. Esta ciencia que estudia las consecuencias en una persona del galopar destructor y armonizador (paradoja curiosa) de las estrofas. Dad vuestra opinión si queréis. Contestaré en su nombre. Pero esta vez, que proliferen los comentarios.



INFIERNO

Oscuridad.
Silencio.
Pena.
Nunca más veré
La luz de tu rostro.



¿TODAVÍA ESTÁS MUERTO?

Ojos cerrados
Y piel blanca.
Frío tacto y
Pulso cortado.
¿Todavía estás muerto?
  

UNA NOCHE PERDIDA

Un piano en silencio.
Olor a tabaco y cerveza.
Pastillas de colores
Tiradas por el suelo.


OJOS VERDES

Estoy subido a una peña.
Suena el caer del agua
Y el canto de los pájaros.
Respiro el aire del bosque
Antes de saltar a mí destino.


I

Luces de colores,
Risas y alegría.
De repente:
Oscuridad asfixiante,
Llantos y tristezas.

lunes, 10 de mayo de 2010

El agua como razón poética


 
(Salvador Dalí, "Mujer mirando por la ventana")


Me pregunto porque será tan recurrente el agua como figura poética. ¿Será su delicada caricia de frescura - como lo define Pilar Pardo en Temporada de Fresas - o por su azul frío que calma la sed infinita - como lo califica la poetisa Rocío Arana en Las Siete Barbies Solteras? Es un misterio que hasta a los grandes poetas ya muertos, también eran hechizados por ella. Juan Ramón Jiménez, el Andaluz Universal, se vió hechizado en su día por la masa ingente de transparencia opaca, sí, transparencia opaca, que compone el mar: 
-
Soledad.

En ti estás todo, mar, y sin embargo,
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
 Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
en un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo siente...
¡Qué plenitud de soledad, mar sólo!
Y es que la magia del agua, su poder que rezuma a melancolía ondulada, su carácter a veces calmado en un vaso de agua, otras veces intransigente como en el cauce de un río y otras en expansión inconsumerable, como en los océanos, gruesas alfombras de agua en la anarquía de los vientos y mareas, se contiene en clave de misterio. Probablemente, físicos, químicos... o demás cohorte de científicos lisiados de amor dirían que el agua es un elemento importantísimo, pero que su entelequia, su arcano secreto, es inexistente. Si se despojaran de las batas de blanco mugriento, concentraran esa fuerza de humanidad, comprenderían el comienzo de dicha aporía. 

Y es que tantos circunloquios sobre el agua no pretenden descubrir en su ser una propiedad empírica inexplicable... simplemente comprender porque ante un vaso de agua una poetisa como Rocío Arana se siente especialmente humana, porque le resulta imposible, a una escritora como Pilar Pardo, mirar la infinita transparencia de su ser o porque JRJ veía en el mar una inspiración que trasciende al sentimentalismo y permite escarbar los versos del fondo de su ser. El agua a fin de cuentas ha proporcionado a los poetas eterno diálogo, como el que muestra este poema de Federico García Lorca:
-
Agua, ¿dónde vas?

Agua, ¿dónde vas?
Riendo voy por el río
a las orillas del mar.
Mar, ¿a dónde vas?
Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.
Chopo, y tú ¿qué harás?
No quiero decirte nada
yo… ¡temblar!
¿Qué deseo, qué no deseo,
por el río, por el mar?
¡Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están!
-

Yo hoy también tuve un encuentro con el agua, fue furtivo, ya que empecé a notar el sabor a sed. Ese sabor  de pastosidad y acidez descontrolada, un necesidad de líquido, aunque solo sirve ese agua cristalina embotellada. Mi poética sobre el agua se basa en estos hechos. 

Tras terminar la primera hora de clase de matemáticas en mi colegio, Altair, me dirigí disimuladamente hacia la puerta y tras eso fué a una fuente de agua fresca que en el Edificio de Dirección se resguarda de labios impuros, bajo vigilancia de profesores y vigías. La esperanza, clave de toda expedición sin posibilidad de éxito, hacía latir mis pies. El traqueteo de la fotocopiadora estaba como telón de fondo. No había nadie. Miro a mi alrededor. Sigue sin haber nadie. Paso a paso, atravieso el corto-extenso pasillo que conduce a la gloria de la saciedad nunca saciada. Giro la rosca y.... ¡ALELUYA, ALELUYA! El Aleluya de Haendel me pareció escuchar, coreado por miles de ánimas imaginarias. 

¿Y si hubiera sido otra fuente, habría surgido tal momento, lleno de poesía sin palabras? Y es que aquí es donde confirmo la clave de la quintaesencia del poder catalizador del agua: su divina forma maleable, en forma de beso de terciopelo; la gloriosa frescura de su poder y la fuente, el origen de donde proviene todas sus cualidades espirituales, donde los versos se escapan desde el mundo de lo etéreo hacia la realidad oscura. Es en verdad esta tríada la puerta hacia la salvación, o por lo menos, la puerta hacia los versos, o por lo menos, un significado que se convierte en la estrofa misma, la idea materializada de la belleza hecha recurso literario.

domingo, 9 de mayo de 2010

El Humanismo. Los bienes invisibles.

***

Con motivo de mi vagaje por las estanterías repletas de libros antes de acostarme, sorprendido, me encontré esta joya que me regalaron con motivo de ganar el concurso literario de mi colegio. En su momento lo guardé sin leerlo, y es que la primorosa necesidad de leerme a Vasily Grossman fue determinante para olvidarme este libro de tapas negras. 

***


***

Os dejo una porción del prólogo de este magnífico libro, ya que las palabras de su autor hablan por sí solas:

"Los bienes invisibles son luminosos, netos, inmateriales y algo misteriosos, capaces de abrir horizontes y dar belleza a la existencia. Y son liberales, porque tienen mucho de don gratuito y, al mismo tiempo, expanden aclaran y adornan la libertad, y la elevan sobre el comportamiento instintivo o gregario. Forman la verdadera cultura humana, que nada tiene que ver con los fuegos artificiales del esnobismo.
He escrito este libro de la manera más sencilla posible. No solo para que resulte más fácil leer. Sino para que también porque lo que todo el mundo entiende está sometido al juicio de todos. Es un riesgo y, al mismo tiempo, una garantía. Las grandes abstracciones son más cómodas a la hora de escribir  y dan una apariencia más brillante, pero cubren la realidad con sus fulgores"

sábado, 8 de mayo de 2010

IX Encuentro poético de otoño (I)



Ayer, 7 de mayo, se inauguró de nuevo, curiosamente en primavera, los Encuentros poéticos de otoño. Se dejaron ver por allí poetas como Jesús Beades, José María Jurado, José Julio Cabanillas y María Eugenia Reyes Lindo, aunque por desgracia Fidel Villegas, alma de estos encuentros, tuvo que faltar por problemas personales, algo que nos apenó a todos los presentes. Este acto inicial se consumo con la presentación de los proemas (poemas en prosa) de Rocío Arana, recopilados de su blog (a click). El acto fue acogido por la Fundación Valentín de Madiarraga, asociación sin ánimo de lucro destinada a mejorar el ámbito laboral. 

Respecto a la nueva obra de la poetisa Rocío, número 23 de la Colección de Poesía Númenor, he de decir que es una obra llena de vitalidad, de seres queridos... Un libro que la risa y la profundidad están íntimamente ligadas. A parte de estas características notadas por mí y nombradas por la presentación Enrique García Máiquez, me ha gustado mucho. Decir los miles de matices que entrañan los poemas en prosa de Rocío, no son la causa de que me haya embaucado. La clave es la humanidad. Con su lectura, que es amena, no sonríes por  imágenes bien estudiadas o por un excelente uso del lenguaje, que son requisitos indispensables por supuesto, sino por que en su lectura conoces a la autora sin haberla visto, oído, conversado personalmente con ella. A fin de cuentas, al recorrer estos proemas, conoces el alma de una poeta pura de corazón, con palabras de profundidad y maquillaje, uno de los gustos más característicos de la escritora.



Espero que los disfrutéis y que cuanto antes compréis esta joya literaria. De antemano he de deciros que disfrutaréis como nunca lo habréis hecho con un libro, por lo menos en las palabras de intimidad y confidencia que con desparpajo y sencillez nos comunica en clave de agua, maquillaje y poesía.

domingo, 2 de mayo de 2010

Inefable


Y tomaré en mi mano el universo,
el fuego de mi alma encenderá
la nada en un suspiro de aguardiente.
Entonces nos encontraremos frente
a frente, donde nuestro hondo sigilo,
la oscuridad vacía, se sentará
junto al candil empurpurado
en sangre.

Daremos cuenta de la inconsistencia
de las palabras, que al declamarlas
se fueron, derrotadas en silencio.

sábado, 1 de mayo de 2010

Presentación Siltolá Poesía

[El+huerto+deseado.jpg]

Dos nuevos libros de la colección "Siltolá Poesía" se han abierto paso en el panorama literario sevillano con su presentación en la Casa del Libro que se realizó el Viernes 30 de Abril. Sus nombres son "Temporada de Fresas" y "El huerto deseado", escritos por Pilar pardo y Tomás Rodríguez Reyes. En la presentación se dejaron ver poetas como Ramón Simón, José Julio Cabanillas, José María Jurado... 

El acto fue presidido por Javier Sánchez Menéndez, que tras inaugurar la sesión dejó paso a José Mateos. Este hizo una presentación asombrosa acerca de los dos libros, con un matiz poético que deleitó a todos los presentes. Después los poetas nos permitieron saborear algunos de sus poemas, con sus respectivas explicaciones.

En mi humilde opinión, y es que mi visión poética es escasa, Pilar pardo ha labrado un libro de gran profundidad, sencillez y vida. Me ha gustado mucho, sobre todo por la unidad que tienen las composiciones en torno al mensaje de una llamada. Tomás Rodríguez sin embargo ha creado un libro de mayor complejidad, de profundidad confusa... Como un lector no experto solo puedo decir que uno me cautivó de sobre manera y el otro libro no tanto, seguramente debido a la escasa formación literaria que poseo.

Lo siento...

*I amar prestar aen (El Mundo ha cambiado)
Han mathon ne nen (Lo siento en el agua)
Han mathon ne chae (Lo siento en la tierra)
A han noston ned gwilith (Lo huelo en el aire)