En primer lugar creo que para que haya un debate constructivo es necesario un público respetuoso que no estalle en aplausos ni abucheos. Es necesario también unos colaboradores expertos en la materia y no sentimentalismos varios ni periodistas sectarios ni "intelectualillos de tres al cuarto". No es que no respete a la opinión del director de "El Plural" o al director del "Periodista Digital", pero que pueden aportar comunicadores de prestigio a un debate en el que los argumentos deben estribar en los principios de la ética y la metafísica y la biología. También es cierto que en esta España no hay más que estereotipos sociales que no permiten ver con claridad los argumentos. Se han relacionado verdaderos problemas sociales con Zapatero, Rajoy, la Iglesia, la izquierda, la derecha, el Opus Dei o los Masones.
Soy católico, podría decirse incluso que conservador, pero me preocupa que en estos debates en el que se cuestionan verdaderos problemas como es la vida de 33.000 vidas humanas, pueda utilizarse a unos estandartes de la izquierda más sectaria y menos respetuosa con la vida que con el placer, o con aquellos estandartes de la derecha que se han aferrado a la Iglesia más política. No necesita el pueblo una moralina aburrida ni un manifiesto de muerte, sino argumentos. El reino de la verdad es apabullante y ningún hombre, ninguna mujer puede resistirse a su imparable consecuencia: la felicidad.
Lo que necesita la sociedad española son verdaderos filósofos, verdaderos políticos y verdaderos debates. Estas soluciones levantarían España, levantarían Europa y levantarían el mundo, eso sí mientras no halla no filósofos como Savater*, políticos como Bibiana Aída y debates como los de la Noria. Si continúan así el panorama social de España, esta tendrá un futuro muy negro.
* Digo Savater porqué es curioso que un libro tan famoso como es su "Ética a Amador", esté prácticamente calcada a la "Ética a Nicómaco" de Aristóteles.
2 comentarios:
Hola Antonio,
No veo esos programas de TV1 pero imagino que tu crítica feroz está absolutamente fundada y la demoledora conclusión final creo que es muy justificada por todo lo que dices y razonas en la entrada.
El espíritu crítico no se fomenta en las escuelas, veo que quizá en la tuya hicieron una excepción, o quizá es cosecha propia?
Un cordial saludo,
Montse
De cosecha propia Montse, al principio me dejaba llevar por los argumentos que primero salían en los libros, en la televisión... Después, como un milagro supe ver las ideas con algo más de rigor y continúo luchando por ese sentido crítico. Me imagino que tiene que ver con aquello de hacerse adulto.
Un Saludo
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