El vacío en el bordillo.
Palabras que no salen de mi boca,
la nada en el vacío que nos llena,
el fuego que nos arde y que no quema:
la nada es todo eso y no me importa.
Bebí del universo de la estrofa
andando por la curva de tu senda.
Anhelo el poder besar tu lengua,
buscar nuestra sintaxis en tu boca.
Deseo lo que quiere un pobre iluso
y me siento Fausto al borde del abismo,
al borde de disolverme en el verdugo
mientras espero tu amor, el lamido
que me saque del vórtice del mundo,
que me salve del propio desatino.
1 comentario:
qué hermoso soneto. Bravo!
F.L de A.
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