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miércoles, 5 de enero de 2011

La Columna y el fundamento de la Verdad

Sophia. 
(Sabiduría divina) 
Icono Ruso

Ya tengo el ejemplar de "La columna y el Fundamento de la Verdad". Ese libro que he esperado hasta ahora, desde su reciente traducción, a obtenerlo, me ha sorprendido de inmediato. Su edición es claramente una pequeña obra de arte. Pastas duras de color verde, cantos de color negro donde resaltan las letras blancas del título y el autor, dos páginas con un delicioso icono ruso de la Sabiduría divina, y una extensa obra que en mi opinión, con los años se convertirá en uno de los fundamentos de la metafísica y la religiosidad occidental. 

Porque aunque Pavel Florenskij ofrezca su visión desde su mentalidad histórica concreta, inmersa en los años previos a la revolución en una lucha antinómica entre el positivismo materialista y la religiosidad ortodoxa renaciente, este genial autor configura una cosmovisión integral de todo lo que existe desde algo que le falta al hombre moderno, la experiencia religiosa. Crea lo que el idealismo absoluto, trascendental, subjetivo u objetivo y todos sus vástagos occidentales como el marxismo, el materialismo, la fenomenología... han sido incapaces de hacer, contemplar a Dios y a la verdad no como algo a descubrir en el pensamiento, o crear por medio de él, sino que se compone como una realidad viviente, orgánica, profundamente dinámica... En definitiva, a mi parecer, el Padre Pavel Florenskij nos devuelve lo perdido de la Edad Media, destruido por Lutero, es decir todo aquello que se compone en torno al dogma y en torno al sacramento, es decir toda la vida intelectual y práctica no solo de nuestra fe sino del conjunto de nuestra cultura occidental.

Me imagino al Padre Pavel, tras la unión de la iglesia de Oriente y de Occidente, como el reconocido conductor de la destrucción de la cultura de la muerte, esa que criticaba Nietzsche y Rouco Varela, ya que habrá devuelto con su estímulo, la fuerza que necesita el cristiano y el filosofo para vivir: el respeto al dogma y la veneración a los sacramentos. El será recordado, a mi entender como un gran defensor de la fe en general.

«Ni los abismos más profundos —escribe— entre las religiones deben crear entre ellas divisiones tales que rompan definitivamente su radical unidad (...). Cada confesión y cada religión se apoyan en alguna medida sobre la auténtica realidad espiritual y, por tanto, ninguna está completamente privada de la luz de la Verdad. Aunque puedan ser grandes y profundas las diferencias religiosas y confesionales, son sin embargo relativas... Tener cualquier fe es mejor que no tener ninguna, porque la fe da un auténtico contacto con el mundo espiritual (...). El mundo religioso está roto sobre todo porque las religiones no se conocen recíprocamente. También el mundo cristiano está roto por el mismo motivo, porque las varias confesiones no se conocen recíprocamente. Todas ocupadas en una polémica que agota, no tienen fuerza para vivir por sí mismas (...). Si una mínima parte de la energía que se pierde en hostilidad hacia los otros  se usase para amarlos, la humanidad podría descansar y prosperar»[1] 

Pero no solo será recordado como un gran filósofo, sino también como un gran cristiano, que en afán destructivo de la Revolución oscura del comunismo en Rusia, no claudicó en la dificultad para defender la integridad de su pueblo. El cruel Partido Bolchevique, o Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), se sirvió de él para la electrificación de Rusia, de su genuina investigación científica y matemática... pero su osadía, la supuesta soberbia que significa para la ideología asesina llevar una sotana blanca, lo terminó por confinar en  el lager de las islas Solovki. Murió fusilado, pero su visión genuina de la realidad, constantemente atacada por el comunismo, han permanecido en sus obras, muchas de ellas no publicadas o traducidas, pero que en el futuro demostrarán lo importante que es la santidad para un buen filósofo.

"Nuestra Iglesia —escribe Florenskij— o es un completo absurdo o bien debe nacer de un germen santo. Yo lo he encontrado y ahora lo haré  crecer, lo llevaré hasta los santos misterios, y no lo daré como comida a los socialistas de todos los colores y matices"[2]

Santo no reconocido todavía por su heterodoxia, es decir, cercanía a posturas católicas; gran filósofo y ante todo un gran ser humano. Espero disfrutar de su obra maestra tanto como lo he hecho mediante el número 22 de la Revista Númenor, que se ocupó mediante un número monográfico del autor hoy citado, y mediante la tesis doctoral "La Belleza, memoria de la resurrección" de Francisco José López Sáez. Sí es cierto, todavía no he leído una obra de este autor, pero incluso con fragmentos aislados y recortes me enamoré de su planteamiento.


[1] P. A. Florenskij, Note sull´ortodossia, en L´altra Europa XVI, Milán, Centro Russia cristiana (1991)1 (235), pp. 26-31.
[2] P. A. Florenskij, Corrispondenza tra P. A. Florenskij e Andrej Belyj, en Kontekst, 1991, en ruso, p. 39: Lettera a Belyj (1880-1934), del 15-VII-1905.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿me puedes decir quién lo ha editado?Me gustaría leerlo. ¿es difícil de encontrar? ¿de dónde te viene el "gusto" por Florenskij? Me parece que eres muy joven y estoy sorprendido. Muchas preguntas....

Máximo Silencio dijo...

¡Buenas anónimo!

LA edición pertenece a la editorial Sígueme, una traducción que la realiza Francisco José López Sáez, uno de los pocos estudiosos españoles de Florenskij, y encontrar el volumen no es muy difícil si lo piden por Internet. Te llega en 48 horas si te encuentras en la península. El gusto por Florenskij me viene de un libro llamado "Archivos literarios del KGB" de Vitali Chentalinski. En un capítulo que dedica a este filosofo me empezó la curiosidad y a día de hoy, gracias a Dios, le conozco.

Un Saludo

Juan Antonio Martínez Corral dijo...

Comparto con Vds. el interés y la admiración por el Padre Pavel Florenski y por su obra. He leido, a veces sobrecogido y siempre boquiabierto, las "Cartas de la prisión y de los campos". Me tengo por hombre espiritual, pero no vivo una religiosidad determinada. Y me gustaría mucho encontrar y leer el libro "La columna y el fundamento de la verdad".Gracias por la referencia editorial. Un saludo.

Lo siento...

*I amar prestar aen (El Mundo ha cambiado)
Han mathon ne nen (Lo siento en el agua)
Han mathon ne chae (Lo siento en la tierra)
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