y tus sueños no se empañen en mar...
Mientras las miradas de esos niños
sigan alentando al corazón...
Mientras ocurra esto, sin demora
mi alma y el alma de las cosas vivas,
sentirán cada latido constante...
El latir de cada alma-aroma
volviendo a sentirse a si mismas...
Autor: Antonio Rivero Díaz (Yo mismo)
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