Violines van y tocan, atardece
exausto de calor, exausto de luz.
Se enrojecen ojos de una niña
que mira afilada a su madre.
Parejas... Comisuras de sus labios
se funden en carmín, en saliva,
abrazos tiernos y la horca para
un odio que permaneció dormido.
Y tañen las campanas anunciando
la misa del domingo. Acostumbra
a verse las mantillas azabaches
y las chaquetas cansadas que hablan...
El Domingo con voz propia
***
Un niño corre entre esos bancos,
se cae angustiado, llora y levanta...
Y Alguien mira su rostro empañado
de miedo. Llegan damas de mantilla...
El Domingo quedó enronquecido.
3 comentarios:
¿De verdad sólo tienes 16 años, Antonio? Dios mío... estoy alucinando contigo...
Gracias Rocio, también me encanto tu blog... Jajajaja, nada más por este comentario, te pongo en mi ita, ¡ES QUE NADIE COMENTA!
Ahora en serio, muchas gracias.
Gracias a tí por añadirme a tu lista.
Un saludo
Publicar un comentario